Encuentro absurdamente valioso ser consciente de lo que no querés.
Y de cómo muchas veces nuestras acciones diarias van en dirección a eso que no queremos, sin darnos cuenta.
No para frustrarte, ni sentirte mal – sino para ser consciente y, eventualmente, corregirlo.
Si lo que tenés ganas de hacer ahora te está llevando hacia eso que no querés – entonces no es algo que realmente quieras hacer.
- A lo mejor, comer comida rápida cada día es placentero – pero te acerca a un estado físico que no querés.
- O mirar TV 2 horas al día te entretiene y no requiere tanto esfuerzo – pero te suma un ruido mental que realmente no querés.
La dirección en la que ejecutar se vuelve más evidente si (además de tener objetivos y una visión) tenés anti-objetivos y una anti-visión.
Ilustremos:
Jordan Peterson explicó un experimento en el que hacen pasar hambre a una rata y la ponen en un tubo que tiene olor a queso en el final. Lo que querían medir es la fuerza con la que empuja hacia el final del tubo para conseguir ese queso.
Hacen la primera iteración, la rata empuja y miden la fuerza.
En otra iteración hacen el mismo experimento, pero en este caso, a demás de oler el queso desde el frente, la rata también puede sentir el olor de un gato desde atrás - por lo que ahora no sólo tiene la motivación de conseguir el queso, si no también la motivación de escaparse del gato.
La rata empujó mucho más fuerte.
Porque no sólo corrían hacia eso que querían, sino que se alejaban de eso a lo que le tenían miedo.
Esta es la fuerza de activación que genera tu anti-visión.
Es la fuerza que se crea de identificar lo que no querés.
Y te empuja a seguir caminando – incluso en períodos en los que te olvidás hacia donde querés ir, o perdés el fuego, o te distraes.
Es útil entender que las personas actuamos en 2 direcciones:
- Para acercarnos al placer → “actuar para conseguir X”
- Para alejarnos del miedo → “actuar para no perder Y”
Y es útil entender que actuar desde una emoción negativa (como el miedo) es muy poderoso también.
De hecho, es la dirección que más nos mueve como ser humanos porque instintivamente preferimos “sobrevivir” que “conquistar”.
Estamos más dispuestos a correr 10km para no perder 100$, que a correr 10km para ganar 100$.
Y como no siempre sabemos lo que queremos… Empezar por saber lo que NO queremos es un gran primer paso:
Usá lo que tenés
Siempre podés usar lo que tenés.
Siempre.
Sean emociones positivas o negativas.
¿Tenés el deseo de salir a comerte el mundo? Genial. Me alegro. Usalo.
Pero no todos tienen esa motivación, y si alguno la tiene, probablemente no sea una constante.
Si tus emociones predominantes son negativas (miedo, enojo, estrés), usá eso:
- ¿Estás enojado/a por tu estado físico actual? Usá ese enojo como activación para ir a entrenar.
- ¿Tenés miedo de perder el cliente en la reunión? Usá el miedo como activación para prepararte mejor.
Transformá esas emociones negativas en una acción que genere progreso: un entrenamiento, una reunión bien preparada, etc.
Etiquetar tus emociones negativas como malas no te ayuda en nada.
No son malas.
Son emociones negativas.
Existen y van a seguir existiendo.
Antes, durante y después de que consigas tus objetivos.
Vale la pena aprender a usarlas en el camino.
Usá lo que tenés.
Cómo descubrir lo que no querés y crear tu Anti-Visión
1- Observá la sociedad
Hacé el ejercicio.
Observá las masas.
Mirá hacia dónde lleva la acción masiva inconsciente de la gente. Observá con la mente abierta y ponete a pensar.
La palabra “incosnciente” es importante, el piloto automático…
¿Por qué hacen lo que hacen? ¿Consiguieron algo que quieras conseguir?
No quiero decir nada para no sesgarte y puedas sacar tus propias conclusiones.
Es más fácil entender lo que no queremos desde la experiencia y la observación que saber lo que queremos desde la imaginación.
2- Reflexioná sobre tus hábitos y hacé una lista de lo que no querés.
Somos lo que hacemos cada día.
No lo digo yo, lo dijo Aristóteles.
¿Qué vas a conseguir si seguís haciendo lo mismo durante 10 años? ¿Es eso algo que querés?
¿Qué experiencias no querés que se repitan?
Sacá un papel y hacé una lista de todo lo que no querés.
Sé específico.
Esta lista tiene que ponerte incómodo.
3- Accioná en la dirección opuesta
¿Qué tenes que aprender, crear y hacer cada día para evitar tu anti-visión?
Si no cambiás tus acciones diaria, nada cambia.
Siempre estuvo en tus manos.
Están en tus manos.
Y va a seguir estando en tus manos.
– Nico