De objetivos a sistemas

Todas tus acciones están orientadas a objetivos.

Todas.

Si no elegís tus objetivos, alguien los elige por vos.

Si no tenés objetivos intencionales estás operando desde objetivos no conscientes, probablemente heredados de alguien (tu entorno, la sociedad).

Estás entrando a la cancha sin saber qué juego estas jugando.

Necesitás objetivos conscientes.

Los objetivos te permiten filtrar lo que querés de lo que no, son el punto de partida sobre el que empezar a diseñar tu vida, tus sistemas, tu entorno, tu rutina, tus acciones diarias.

Tenés que ser brutalmente consciente de dos cosas:

  1. Lo que no querés en tu vida
  2. Dónde vas a terminar si seguís haciendo lo que estás haciendo.

Sé honesto con vos mismo.

Si no creas orden en tu vida, bajás al caos.

Es curioso que invirtamos tanto tiempo en planear una semana de vacaciones – y tan poco tiempo en planear con intencionalidad nuestra semana promedio.

Más cosas:

Los que ganan y los que pierden tienen los mismo objetivos

Los objetivos por sí solos no son suficiente.

Son el punto de partida.

Son la brújula que le da dirección al barco.

Pero la brújula no te va a llevar hasta el puerto.

Necesitás remos sólidos – necesitás sistemas bien diseñados.

Porque generás progreso cuando empezás a remar.

De nada importa la dirección a la que apuntes si no remás.

James Clear lo explica mejor que nadie cuando dice “No nos elevamos al nivel de nuestros objetivos, caemos al nivel de nuestros sistemas

  1. Los objetivos ponen dirección y filtros
  2. Los sistemas determinan hábitos y acciones

Filtrar las oportunidades a través de objetivos te da la oportunidad de crear un sistema y ejecutarlo.

  • El atleta olímipico tiene el objetivo de ganar la medalla de oro – su plan de entrenamiento, descanso y nutrición son sus sistemas.
  • El estudiante tiene el objetivo de aprobar el examen – sus sesiones de estudio y técnicas de aprendizaje son sus sistemas.
  • El escritor tiene el objetivo de publicar un libro – sus bloques reservados para escribir y su plan de edición y revisión son sus sistemas.

Los sistemas te dan algo tangible en lo que trabajar.

Poner objetivos y bajarlos a sistemas

Es posible que ya tengas objetivos – pero no te sirvan de nada.

Y no te sirven porque son deseos vagos, que no están nada claros ni definidos:

  • Desearía tener más seguridad financiera.
  • Me gustaría mejorar mi estado físico.
  • Ojalá fuera más positivo/a.

No definas un objetivo como tu deseo de que ocurra algo.

No está mal tener un deseo (por algún lugar hay que empezar), el problema es quedarte ahí.

La especificidad es importante, el objetivo tiene que ser claro y específico. 

Muy claro y muy específico.

Si no filtras las oportunidades a través de objetivos, tu atención rebota sin pensar entre tantas opciones.

Si querés “tener más seguridad financiera” ¿Qué significa eso exactamente? ¿Cuántos $ más tenés que ganar al mes? ¿Qué tipo de trabajo querés hacer? ¿Cuándo querés conseguirlo? Es crucial articular todo esto y que sea convincente.

Mientras más claro tengas qué es lo que realmente querés, mejores son tus chances.

Pensalo en términos de buscar la manera de recompensarte en el mientras tanto – de partir objetivos grandes en pequeños para mantener la consistencia.

Este es mi método, a mi me funciona, no es una receta mágica, te invito a inspirarte y buscar el tuyo:

Objetivos Quinquenales → Objetivos Anuales → Objetivos Mensuales → Sistemas Diarios

  1. Objetivos a Largo Plazo: Plan Quinquenal

Todos los objetivos son alcanzables si extendés el horizonte de tiempo lo suficiente. 

Personalmente creo que esto es muy clave para no limitarte. Para ponerte objetivos y creer que es posible conseguirlos.

Tal vez ganar X$ este año te parece una locura, pero ganar X$ en 5 años te parece razonable.

Yo uso planes quinquenales (sí, como la Unión Soviética en los 20s y 30s, no hace falta ser comunista 😉 ) donde tengo los 3 objetivos a los que me quiero dedicar en los próximos 5 años. Por ejemplo, entre los 26 y los 30.

Apuntá alto, pocos objetivos, muy significativos y muy específicos.

No subestimes lo mucho que podés lograr en 5 años…

  1. Objetivos a Medio Plazo: Plan Anual

Acá es cuando empezás a desgranar ese gran objetivo y te planteás objetivos anuales.

¿Cuál sería un gran hito por el que puedo luchar este año y que me acerque al plan quinquenal?

El punto es bajar varios niveles de dificultad para que que sea razonable en 1 año.

No lo compliques tanto, si el objetivo a 5 años era 100$, que el objetivo a 1 año sea 20$.

  1. Objetivos a Corto Plazo: Plan Mensual

Lo mismo, si el objetivo anual era 20$, que el objetivo mensual sea 1,67$.

  1. Sistemas Diarios

Defino una hipótesis: Si hago X cada día, al final del mes voy a alcanzar Y.

No te compliques, usá la cabeza y hacé una primera versión de tu sistema.

Con el tiempo vas a poder mejorarlo.

3 Cosas importantes que tenés que saber

  1. La vas a cagar

Vas a remar en la dirección equivocada.

Vas a romper el plan un par de días.

Vas a tomar la decisión incorrecta.

La vas cagar.

No una vez.

No dos veces.

No tres veces.

Muchas veces.

Pero no pasa nada, empezá de nuevo.

  1. No todos los objetivos valen la pena

Es posible que empieces a trabajar en los sistemas que definiste para alcanzar eso que querés y que en el camino te des cuenta de que -”Ok, entonces para conseguir esto, tengo que invertir todo este dinero, todo este esfuerzo y energía, mucho tiempo y trabajo emocional ¿Sabes qué? Me di cuenta que esto no es algo que quiera hacer”

Empezás a trabajar en el siguiente objetivo y – “Esto sí… Está claro que voy a tener que invertir meses de trabajo y esfuerzo, va a ser emocionalmente muy duro e incluso puede que pierda dinero en el camino, pero ¿Sabes qué? Incluso a pesar de todo eso, es importante para mí”

Así es como descubrís cosas que realmente te importan y cosas que no tanto.

Tiene sentido concentrar tu tiempo en el 20% de los objetivos, los más relevantes, los que realmente van a tener un impacto grande y significativo en tu vida. 

  1. Objetivos escritos y leídos, todos los días

Escribilos.

Si no están escritos, si sólo están en tu mente, no cuentan.

Tenés que dedicar al menos 2 minutos al día a leer tus objetivos y tenerlos presentes.

Redefinir “éxito”

Definí qué significa para vos.

Definir “éxito” como “alcanzar el objetivo” parece ser la norma.

Pero, te pregunto:

Si no alcanzaste el objetivo, si no llegaste al “número” que querías; pero ejecutaste, aprendiste y progresaste ¿Lo consideras un fracaso?

Yo no.

¿En serio pensás que todo lo que trabajaste por un objetivo (que no conseguiste) es tiempo perdido?

Estás perdiendo el punto.

El trabajo trabaja en vos más de lo que vos trabajás en él.

El éxito para mí está en las acciones diarias, el resultado es eso: un resultado.

Si remaste y llegaste a otro puerto. No perdiste el tiempo, aprendiste de la experiencia.

Tiempo perdido hubiese sido quedarte amarrado mirando como otros reman.

Esto se trata del proceso, de nada más.

La vida es eso que pasa en persecución de tus objetivos.

No una vez llegas ahí.

– Nico

Pd: un conjunto de preguntas para reflexionar… ¿Qué harías si supieses que vas a fallar sí o sí? ¿Qué harías pura y exclusivamente por vivir el proceso? ¿Qué harías simplemente por la experiencia de caminar ese camino?

Pd2: Ya conseguiste cosas que dijiste que te harían feliz.

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