Riesgos Inteligentes

“He vivido una vida sin dientes, pensó. Una vida sin dientes. Nunca he mordido nada. Estaba esperando. Me estaba reservando para más adelante… y acabo de darme cuenta de que ya no tengo dientes.” Jean-Paul Sartre, The Age of Reason

No morder nunca puede ser la decisión más riesgosa de todas. 

Porque tus dientes se fortalecen mordiendo.

Y esto no es más que una analogía para decir que tus habilidades se desarrollan tomando riesgos.

Evitándolos, no desarrollás tus habilidades. 

Y sin habilidades, estás garantizando el fracaso.

Estos son algunos de los arrepentimientos que mencionan las personas antes de morir, contado por enfermeras que los acompañaron en sus últimos días:

  • “no haberme animado a hacer lo que realmente quería”
  • “no haber sido más valiente”
  • “haber dejado que el miedo controle mis decisiones”

Evitar riesgos lleva un riesgo asociado.

El riesgo de arrepentirte de no haberlo intentado.

Y tenés que pensar si estás dispuesto a asumirlo o no.

Ahora bien ¿Qué significa exactamente tomar riesgos?

¿Qué?

Tomar un riesgo: es tomar una decisión con un resultado incierto. Una decisión donde hay posibilidad de pérdida o fracaso, y donde también hay potencial de beneficio o éxito.

Un ejemplo claro son las inversiones, porque nunca tenés garantías del resultado:

  • existen probabilidades de que consigas una rentabilidad, 
  • pero también existen probabilidades de que lo pierdas todo.

La naturaleza de arriesgar implica navegar la incertidumbre. Pero también tiene un premio detrás: desbloquear una potencial rentabilidad.

Ese camino de tomar riesgos te abre posibilidades.

Pero al argumento a favor de arriesgar le falta una vuelta de turca, el concepto es incompleto porque no todos los riesgos se crean de la misma manera:

  • Algunos son producto de decisiones del momento tomadas por impulso.
  • Otros son decisiones pensadas con cabeza.

Esto es importante.

Entender esta diferencia es crucial para tomar decisiones que estén alineadas con tus objetivos y para mejorar las chances de que, gestionando esos riesgos, te acerques a eso que querés.

Acá es donde entran los riesgos inteligentes:

Riesgo inteligente: es un riesgo que tomás entendiendo los potenciales resultados y con un enfoque estratégico para gestionar la incertidumbre que conlleva. Está alineado con tus valores y objetivos, y requiere cierto nivel de preparación.

Se trata de tomar riesgos que tengan el potencial de darte esos resultados que para vos tienen un significado lo suficientemente relevante como para que merezca la pena intentarlo, incluso a pesar de que tu esfuerzo (atención, dinero, tiempo) no te asegure que lo vayas a conseguir.

Tomar riesgos no se trata de ser imprudente o actuar sin pensar. 

Se trata de ser valiente, atento y estratégico. Se trata de reconocer cuando un potencial beneficio pesa más que el riesgo y decidir en base a tus objetivos y valores.

No es binario. No es riesgos sí, o riesgos no. Es cuánto riesgo estás asumiendo.

Tomar riesgos inteligentes proactivamente trae cosas interesantes:

  • Primero, te desarrolla una mentalidad de crecimiento y afianza la creencia de que tus habilidades e inteligencia se puede desarrollar a través del esfuerzo. Cosa 100% cierta.
  • Segundo, te ayuda a desarrollar esas aptitudes tan atractivas y que tanto queremos: ser paciente, ser resiliente… 

A nivel táctico, así lo pongo en práctica:

¿Cómo?

Riesgos ajustados por habilidades (aún más inteligentes)

¿Qué tan grande es el gap entre el nivel de riesgo que estás tomando y el nivel de tus habilidades?

Está claro que volar en wingsuit es un deporte de alto riesgo. Pero ¿cómo cambia ese riesgo cuando lo practica un paracaidista profesional vs un amateur? El riesgo de saltar al vacío desde un mismo lugar, físicamente, no cambia… Pero tus habilidades lo cambian todo.

Pensá en tomar riesgos inteligentes como tomar riesgos en los que, ajustados por tu set de habilidades:

  1. el riesgo parece disminuir considerablemente.
  2. y la rentabilidad potencial sigue estando.

La rentabilidad-riesgo se vuelva asimétrica.

El conjunto de habilidades de Elon Musk hicieron que invertir $100 millones de su bolsillo en desarrollar tecnología capaz de hacer viajes espaciales privados haya sido un riesgo inteligente para él. Cuando para el 99% de personas sería una misión imposible.

Una misma acción con un mismo nivel de riesgo, puede ser inteligente para una persona y una tontería para otra. Y la diferencia está en el set de habilidades de cada una.

Si querés generar grandes cambios en tu vida y estás dispuesto a tomar acción masiva y hacer sacrificios grandes que pueden dar miedo… creo que es inteligente cuidar que la oportunidad y tus skills estén alineados.

Pasos a Seguir

Este es mi mini framework para tomar riesgos con cabeza, espero te sirva tanto como a mí:

  1. Acá es cuando decidís que querés. Definí con claridad tus objetivos ¿En qué dirección querés ir?
  2. Acá es cuando reseteas tu perspectiva. Identificá tus creencias limitantes y cambiá el chip. Cambiá el “esto no se puede” por “yo no sé cómo hacerlo, aún”.
  3. Acá es cuando decidís qué riesgos tomar. Hacé un plan en el que tus habilidades te ayuden a mejorar tus chances de conseguir lo que querés. ¿cuál es la potencial pérdida de tomar el riesgo? ¿cuál es el potencial beneficio? ¿Cuál es la información más relevante que tenés que saber antes de asumir un gran riesgo? Obviamente hay incertidumbre, pero creá una base.
  4. Acá es cuando empezás a generar progreso. Tirá los dados. Poné un pie adelante del otro.
  5. Acá es cuando aumentas tus chances de éxito. Centrate en lo que podés controlar. Seguí el plan, enfócate en los detalles que podés controlar.
  6. Acá es cuando ganás. No dejes de tirar los dados. Reflexioná sobre el progreso, fijá los aprendizajes, cambiá tu comportamiento y seguí iterando.

Para cualquiera objetivo que tengas, seguro podes encontrar oportunidades con componentes de riesgo que encajan con tu set de habilidades y te acercarían bastante más rápido a lo querés.

  • Empezá el proyecto.
  • Lanzá el anuncio.
  • Enviá el correo.
  • Invertí.
  • Arriesgá.

Las oportunidades son riesgosas cuando son oportunidades. Y para el momento en que dejan de tener riesgo, también dejan de ser una oportunidad.

Tomar riesgos es difícil.

Desarrollar tus habilidades es difícil.

Estancarte y no avanzar es difícil. 

Arrepentirte por no haberlo intentado es difícil.

Tenés que elegir tu “difícil”.

— Nico

Pd: ¿Qué riesgos inteligentes estás tomando? 🙂

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